Oxidación proviene de oxígeno, es decir, es un fenómeno en el cual uno o más elementos en el metal se unen con el oxigeno y se produce la oxidación. Este proceso es superficial, se produce óxido, exclusivamente, sobre la capa más externa, y con un pulido o lijado se recupera la pieza sin ningún problema.

Sin embargo, si la pieza no es tratada a tiempo, se produce la corrosión, generando que el material del cuerpo l se degrade y por más que se pula, lije o esmerile, la superficie no se puede recuperar, quedando con grietas y deformaciones producto de la corrosión.

Los metales inestables son los que mayormente se oxidan, ya que sus átomos están menos cohesionados y permiten que los átomos de oxígeno rompan con facilidad las uniones entre ellos. Los metales que se oxidan con mayor facilidad son: el hierro, el zinc y el cobre. Para que el acero de oxide, debe quedar expuesto al aire y se oxidará más rápido en presencia de agua y sal. En el caso del zinc y el cobre, es el mismo proceso de oxidación que el hierro, solo que el zinc se oxidará de color café y el cobre de color verde.

En este artículo te explicaremos los procedimientos para eliminar la oxidación de tus piezas metálicas. De esta forma podremos alargar la vida útil de nuestras piezas y evitar la corrosión, que es un daño mucho más profundo.

Métodos Para Eliminar el Oxido del Metal.

La oxidación es el proceso previo  la corrosión, eliminando y tratando la oxidación no se produce corrosión. Por eso nuestra prioridad será aplicar los siguientes trucos que nos permitan eliminar el óxido de nuestras piezas metálicas. Acá te dejos varios trucos para eliminar el óxido de superficies metálicas.

  • Método del papel aluminio y vinagre blanco. Comenzaremos cortando 10 tiras de papel aluminio de tamaño 10x10cm. Coge las tiras y sumérgelas en vinagre blanco, déjalas 30 segundos sumergidas. Por último, procede la lijar la superficie oxidada con las tiras de aluminio. Este truco funcionará como una lana de acero pero sin ser muy agresivo y removiendo todo el óxido.
  • Método del vinagre blanco. Comienza por preparar una mezcla de agua tibia con abundante vinagre blanco, y si la pieza a tratar no es muy grande, puedes sumergirla en esta preparación y dejar actuar por 24 horas y luego restriega ligeramente la superficie. Si el objeto es muy grande, puedes remojar un trozo de textil en la mezcla y restregarla en la pieza, dejar actuar por 10 minutos, luego retirar con un trapo seco.  
  • Método del Bicarbonato de Sodio: Haz una pasta con 2/3 de bicarbonato de sodio y 1/3 de agua, debe quedar espesa esta mezcla y luego espárcela por toda la zona a trabajar, cepilla la zona con un cepillo de dientes, deja actuar la mezcla por 15 minutos. Por último, enjuaga con agua y seca bien la pieza.
  • Método de Sal y Limón. Mezcla sal y el jugo de varios limones, esparce y cubre toda el área de la pieza metálica a tratar, deja que la mezcla actúe por unas 2 a 3 horas y finalmente restriega hasta remover el óxido. También puedes intentar restregar y remover la mezcla anterior con la cáscara del limón. Una vez que retires todo el óxido debes retirar la mezcla con agua y secar bien la pieza metálica.
  • Método de la papa y el jabón. Utiliza una papa y jabón lavaplatos, corta la papa a la mitad y cubre el área de la papa que no tiene cáscara con jabón lavaplatos. Restriega la papa y el jabón en la pieza metálica, esto iniciará una reacción química con el óxido haciendo más fácil su remoción. Debes retirar la mezcla de papa y jabón con abundante agua y secar bien la pieza metálica al finalizar.

Entonces una vez eliminada la oxidación, lo ideal es poner una barrera protectora ya sea natural o artificial. La pintura y los sprays anticorrosivos son excelentes para proteger y recubrir tus piezas metálicas favoritas.

Cuéntanos, ¿Cuál método ha sido tu favorito? ¡Déjanos tus comentarios!