Cuando tenía como 4 o 5 años, recuerdo vagamente ir al mercado con mi abuela, llegamos a una especie de sala grande en donde habían muchos frigoríficos, justo en el centro había una especie de kiosko desocupado, entonces mientras los adultos hacían sus compras, todos los niños jugábamos en el kiosko, yo estaba súper entretenida en mi juego; sin embargo notaba que poco a poco los niños se iban yendo hasta que en un momento me vi completamente sola, incluso recuerdo que muchos de los frigoríficos comenzaron a cerrar sus puertas. Entonces dejé de jugar y me paré al lado del kiosko a ver si lograba divisar a mi abuela por allí, pero en realidad no había casi nadie, solo una que otra persona cerrando su negocio.

De repente apareció un hombre alto con uniforme azul (imagino que era un vigilante) y me pregunta: “¿Dónde está tu mamá?” y le dije: “no sé”, acto seguido, el hombre de uniforme me tomó de la mano y me llevó a una oficina en donde estaba una señora muy agradable que me hizo un montón de preguntas y que yo respondía cómo podía. Me preguntó mi nombre, apellido, mi edad, nombre de mis padres y con quien había ido al mercado. Mientras estuve en esa oficina, la puerta estaba abierta y yo me encontraba justo en la entrada, entonces podía ver cómo la gente pasaba de un lugar a otro en el pasillo de afuera, al fin y al cabo era un mercado grande. Así fue como la señora agradable que me hizo las preguntas, tomó una especie de teléfono y todo lo que ella decía se escuchaba alto y por todas partes, recuerdo que ella repetía muchas veces mi nombre y el nombre de mi abuela.

Así fue como de repente vi a mi abuela corriendo, pero pasó de largo (pobre, imagino que estaba muy nerviosa), luego se devolvió y me vio. Dijo algunas cosas que no recuerdo, mostró su identificación y finalmente me fui con ella a casa. Esto me ha acompañado desde siempre y aunque solo recuerdo momentos claves, la sensación de estar sola, abandonada y olvidada por ese breve momento; constituye una herida emocional de mi niñez.

¿Qué es una Herida Emocional?

Muchas veces cuando se vive una experiencia dolorosa o traumática, las emociones toman el control de todo limitando la capacidad de razonar y pensar con claridad. Entonces aparecerán problemas de resentimiento, culpa e incluso baja autoestima. Es como si el pasado saliera a flote una y otra vez pero no como ese recuerdo que te genera dolor; sino disfrazado de miedos, inseguridades, resentimiento, culpa y rabia que tu subconsciente no ha superado o cicatrizado. Sabemos que no podemos cambiar el pasado, pero sí podemos cambiar el aquí y el ahora, mejorando la perspectiva que tememos de lo acontecido. Por eso hoy te voy a dar una guía para sanar las heridas emocionales.

¿Cómo sanar heridas emocionales?

¿Les ha pasado que conocen a alguien con una personalidad amargada, obstinada, mala cara y  que en general se muestra disgustado? Muchas veces este tipo de conducta no se debe a como muchos de ellos dicen: “es que así soy yo” o “esa es mi personalidad” Puede que toda esa mascara de amargura se deba a una herida emocional no sanada. Solo cuando excavamos en el pasado podremos llevar al presente las heridas y sanarlas. Hace solo cuatro años me enteré en qué consistían las heridas emocionales y desde entonces el trabajo de introspección no ha parado, pero si tú apenas estás iniciando tu camino, primero que nada te felicito y te envío un ¡gran abrazo! Además, también me gustaría darte algunas pautas para comenzar, manos a la obra.

Identificar Experiencias de Dolor.

Muchas de las heridas emocionales tienen lugar en la infancia, así que podemos identificar las heridas más comunes que se viven en esta etapa: miedo al abandono, miedo al rechazo, la humillación, la traición, la injusticia y creencias limitantes que se pasan entre generaciones. De niños, no contábamos con las herramientas para manejar esas emociones y de alguna manera fueron a parar a nuestro subconsciente para aflorar en nuestro presente de diversas formas.

Por ejemplo un niño que sufrió abandono podrá experimentar de adulto miedo irracional a ser abandonado por la pareja. Hurgar en el pasado puede ser muy doloroso, pero no se trata de darle vueltas al asunto una y otra vez, para sentir el dolor una y otra vez. Se trata de identificar la experiencia que te causó dolor para verla desde la aceptación, racionalidad y cómo está afectando tu presente.

Por ejemplo, yo viví por un breve período la sensación de miedo al abandono cuando me vi sola en el mercado, pero traer esa herida emocional al presente, me hace comprender que no fue un abandono intencional, simplemente fue un descuido o distracción de mi abuela, hoy como adulto, entiendo que eso le pudo pasar a cualquiera, además también me hace comprender que cuando vi aparecer a mi abuela, ella estaba muy agitada y nerviosa, probablemente lo estaba pasando muy mal al darse cuenta que su primera nieta estaba perdida… De esta manera, traer al presente esas heridas, nos hace ver con otra óptica la situación e incluso comprenderla.

Sanar nuestro Niño Interno.

Desde la perspectiva psicológica tradicional hasta la holística, reconocen que existe un fenómeno llamado niño interno, que no es más que un lugar en nuestro inconsciente en donde se almacenan heridas emocionales, básicamente el niño que fuimos sigue vivo en nosotros y con él, el dolor de heridas atadas a nuestro pasado. Nuestro niño interno representa una parte vital y espontánea de nuestra personalidad, por eso volver al pasado, le permitirá a ese niño expresarse y que en el presente se desbloqueen muchos de los problemas que vivimos. Hacerse cargo del niño interno, requiere de un trabajo profundo de visualizaciones, que consisten en:

  1. Hacerle saber a ese niño interno que tú te harás cargo de su cuidado y que puede confiar en ti.
  2. Pregúntale qué necesita. Porque validar sus necesidades nos ayudará a ambos a madurar.
  3. Demuéstrale amor incondicional libre de críticas y juicios.
  4. Déjalo ser espontáneo y expresivo.
  5. Evita re-educarlo, al fin y al cabo él eres tú y ambos se complementan.

En Youtube puedes conseguir muchas meditaciones guiadas sobre sanar el niño interno, te recomiendo las de Louise Hay y Susana Majul, las he hecho y son maravillosas.

El Poder del Presente.

El pasado ya no existe y el futuro no ha pasado, así que el momento del poder es el presente, solo aquí y ahora. Una vez que te haces consciente de que el pasado es lo que es, no se puede borrar y así debe permanecer, comprenderás que sea lo que sea que quieras cambiar, el momento es en el presente.

Si te abandonaron de niño, entonces dile a tu niño interno que tú siempre vas a estar para él, si te humillaron, entonces respétalo y dale mucho amor, si le inculcaron creencias limitantes, entonces dile que ahora hay nuevas y mejores creencias que los harán libres a ambos. Nada como liberarse de esa pesada mochila del pasado haciendo uso del poder del presente.

Perdonar.

Yo veo el perdón como un acto de liberación, liberación para nosotros mismos de una situación que nos genera dolor. He escuchado muchas personas decir que hoy en día son así por culpa de sus padres, porque hicieron tal o cual cosa o que son así porque tal experiencia los dejó traumados; la realidad es que no podemos culpar a nadie de lo que nos pasó, recuerda que nuestros padres fueron criados por personas que no sabían exactamente cómo lidiar con sus propias heridas emocionales y así se van pasando de generación en generación experiencias dolorosas.

Tan solo indagar un poco sobre la niñez de tus padres, te dará una perspectiva de sus heridas emocionales y te darás cuenta de que ellos hacían lo que podían con el nivel de consciencia que tenían en ese momento. Culpar a alguien y guardarle rencor por haberte hecho daño o humillado, tampoco sirve de nada, tal vez esa persona tenía una máscara de rabia, ira o rencor y se descargó contigo. Lo que pasó, pasó y la única justificación para traerlo el presente es para verlo desde la razón y sanarlo.

Perdonar te hará libre y aunque no sepas cómo perdonar, la intención te liberará. Lo que yo hago para perdonar, es hacer una afirmación, te la comparto: “x persona, te perdono y me libero” Hacer esto de manera consciente y constante ayuda muchísimo. Te recomiendo leer el libro de Louise Hay “Usted puede sanar su vida” allí hay muchos ejercicios para perdonar, ese libro para mí es un tesoro, tanto así, que de vez en cuando lo re-leo para fortalecer algunos conocimientos.

Liberarse de Creencias Limitantes.

Tal vez esta sea una de las tareas más controversiales, requerirá de una mente abierta y positiva. Muchas de las creencias que hoy en día llevamos a cuestas, vienen de nuestra familia, religión y sociedad. Cuando comprendí esto, fue revelador para mí. Me encargué de hurgar en todas las creencias que podían limitar mi vida para reemplazarlas por nuevas y mejores creencias que me permitieran avanzar en todos los aspectos.

¿Cuántas veces te dijeron: “si te mojas con la lluvia te vas a resfriar”? y ¿Cuántas veces eso se convirtió en tu realidad? Déjame adivinar, siempre, ¿verdad? Es muy simple, en lo que crees lo creas; es decir, tus creencias se manifiestan en tu realidad. Esto es un tema tan profundo, que tal vez necesitemos escribir un libro… Oye, Acabo de tener una ¡gran idea! Ok, volvamos a tierra, deberá ser tu tarea constante revisar en qué crees y si eso te está trayendo beneficios o problemas.

Fíjate, yo con 41 años estoy en una especie de dilema, resulta que tengo nuevas creencias espirituales, creo en un Dios que solo es amor, que solo observa, que no juzga y sobre todo creo en un Dios en el que no hay que temer; sin embargo, la religión católica que es en la que me criaron, te inculca que somos hijos del “pecado”, que por nuestra “culpa” Jesús murió y que debemos “temer” a la “ira” de Dios. Respeto profundamente la religión católica y a sus practicantes, entiendo que deben existir diferentes niveles de consciencia y creencias, ya no entro en conflicto con eso; sin embargo, me han invitado a participar de estudios bíblicos a los cuales amable y amorosamente he declinado.

Resulta que mis nuevas creencias me llenan, me liberaron de limitaciones y lo más maravilloso es que participo activamente en la creación de mi vida, no soy un títere del destino. Entonces sé que la biblia contiene sabias enseñanzas, pero también sé que hay muchas creencias “limitantes” y no sería congruente con mis nuevas creencias, ¿sí lo ven?

Tener nuevas creencias libres de limitaciones, le da un nuevo paradigma e incluso una nueva perspectiva a asuntos comunes, mientras muchos se ahogan en sus creencias limitantes, tú podrás ser libre de construir creencias que sean de beneficio para ti. Este en mi opinión, es el mejor poder que como hijos de Dios se nos dio.

Sanar las heridas emocionales, necesita de un trabajo activo y constante ya que el crecimiento personal requerirá que seas honesto contigo mismo, utilizar las herramientas que te di, permitirá que esas heridas emocionales sanen así como una rodilla sana luego haberse caído y raspar la piel. Espero que sean de utilidad. ¡Saludos!