Para muchas personas, las amígdalas no son más que una molestia que se encuentra en la boca y no desean tener. Sin embargo, estos son órganos de importancia para el sistema inmunitario, que en su ausencia pueden extrañarse. El principal problema, se debe a que estas estructuras con capaces de inflamarse; causando dolor, incomodidad e incluso dificultando comer, todo esto al estar sucias. Por ello, hablaremos de cómo limpiar las amígdalas.

¿Qué son las amígdalas?

En primer lugar, es importante aclarar qué son las amígdalas y el porque tienen esa ubicación estratégica en la boca. Se trata de una nasa de tejido par, es decir, que existen dos de ellas a cada lado de la parte posterior de la garganta; las cuales, en compañía de los adenoides, son capaces de detener la proliferación de bacterias. En consecuencia, se trata de una de las primeras líneas de defensa del sistema inmunitario.

De este modo, las amígdalas y los adenoides se encuentran conectadas al sistema linfático, quiere decir; que reciben irrigación linfática que es rica en células inmunitarias capaces de destruir o detener bacterias, hongos y virus. Debido a esto, es frecuente que en ellas exista inflamación, al despertarse este mecanismo de defensa; pero, además, en casos de mala higiene o ciertas condiciones anatómicas, pueden llenarse de restos de alimentos.

¿Cómo se ensucian las amígdalas?

Como mencionamos antes, existen ciertas condiciones anatómicas de las amígdalas que las hacen más propensas a ensuciarse. Principalmente, porque en su estructura normal estas presentan agujeros llamados criptas; en los cuales, se alojan los elementos que deben ser destruidos para evitar las infecciones y se libera moco. En algunos casos, la cantidad de criptas es demasiada, por lo cual, se acumulan restos de alimentos en su interior.

Con el paso del tiempo, como las amígdalas no son alcanzadas normalmente por las rutinas de higiene; estos restos de comida pueden descomponerse, compactarse y transformarse en pequeños cálculos duros como roca. Concretamente, estos cálculos reciben el nombre de tonsilolitos, responsables de inflamación, dolor y mal aliento. Además, cuando las amígdalas están congestionadas por estos cálculos, son mas susceptibles a infecciones; despertando amigdalitis e infección de estructuras vecinas.

¿Qué debo hacer para eliminar los tonsilolitos?

Si has notado que en tus amígdalas puedes observar pequeños puntos de color blanco, amarillo o marrón; es probable que tengas cálculos o tonsilolitos que deben ser extraídos para mejorar los síntomas. Cabe destacar, que muchas personas presentan estos cálculos de forma asintomática; así como también, en otras generan mal aliento (Halitosis), inflamación, dificultad para deglutir o tragar (Disfagia) e infecciones. Por ello, hablaremos de cómo limpiar las amígdalas.

Gárgaras con enjuague bucal natural

El enjuague bucal natural es una excelente herramienta empleada para limpiar las amígdalas con bastante rapidez. Además, es sumamente económico y fácil de preparar, solo es necesario agua tibia y un poco de sal. Al tener lista esta preparación, se debe hacer gárgaras a repetición y varias veces al día para extraer estos cálculos.

Por fortuna, la sal y el agua tibia pueden disolver estos cálculos, así como también, estimular la secreción de moco en las amígdalas; a tal efecto, estos cálculos son expulsados al exterior y disueltos. Por supuesto, se debe evitar por completo ingerir el agua tibia con sal, pues genera vómito casi instantáneamente. También, las gárgaras con enjuague bucal comercial libre de alcohol tienen la misma utilidad.

Bombear agua a presión baja

Otro método que puede ser efectivo para la limpieza de las amígdalas y la extracción de cálculos es usar presión de agua. Para ello, solo es necesario ocupar una bomba de agua de baja presión, que puede ser manual o eléctrica. Estas bombas, suelen verse con mucha frecuencia en las consultas odontológicas, pues es una herramienta fundamental.

Con la ayuda de la bomba a baja presión se debe aplicar el chorro de agua en las amígdalas con suavidad; de esta forma, dicha presión podrá ejercer fuerza sobre las paredes de las mismas y obligar la salida de los cálculos. Cabe destacar, que se debe tener especial cuidado con los cálculos, pues al salir pueden causar tos e irritación en la garganta. También, se debe evitar tocar la úvula o campanilla, para no despertar el reflejo nauseoso.

Tocamientos con isopo

Los tocamientos con isopos también pueden resultar efectivos para la extracción de estos cálculos; sin embargo, deben hacerse con mucho cuidado para evitar lesionar la zona, lo cual es bastante frecuente. Debido a esto, no se recomienda utilizar este método para limpiar las amígdalas de niños, ya que son inquietos. Además, se debe humedecer los isopos con agua tibia y hacer tocamientos suaves en la zona para extraer los cálculos.

Vinagre de Manzana

El vinagre de manzana es una solución excelente de origen natural que puede limpiar efectivamente las amígdalas. Puesto que, gracias a su pH tiene la capacidad de disolver estos acúmulos de restos de alimentos con facilidad. También, estimula la secreción de líquido por parte de las amígdalas lo que contribuye a la expulsión de estos elementos; puedes combinar este método con el uso de isopos para lograr mejores resultados.

Tocamientos con gasas

Esta es una técnica bastante efectiva, aunque suele ser realmente incómoda para quienes se someten a ella (No aplicar en niños, existe el riesgo de lesión y mordidas). Consiste en realizar tocamientos directamente sobre las amígdalas con una gasa estéril entre los dedos.

De esta forma, al estar humedecidas con agua tibia o incluso enjuague bucal, pueden arrancar los cálculos. Sin embargo, estos tocamientos deben ser realizados por otra persona para mejor resultado; también es muy útil para barrer placas de pus en casos de infección.

¿Cuándo acudir a atención médica?

La presencia de tonsilolitos en las amígdalas es frecuente y puede ser la causa de problemas de salud a repetición. El primero de estos, es la presencia de mal aliento debido a la descomposición de estos restos; lo cual, suele aliviarse con la limpieza, pero suele reincidir con gran facilidad. También, existen las amigdalitis a repetición que dificultan hablar, comer y desenvolverse; en el caso de los niños, pueden ocasionar fiebre alta y peligrosa que debe controlarse.

Por ende, si notas presencia de pus, mucho dolor y dificultad para deglutir alimentos, debes acudir a atención médica. Ya que, el médico se encargará de recetar un tratamiento antibiótico idóneo y limpiar la zona efectivamente. También, evaluará si las amígdalas están demasiado congestivas y con criptas en abundancia; de esta forma, se puede aplicar el tratamiento quirúrgico con la consecuente extracción de las mismas.

Finalmente, conocer cómo limpiar las amígdalas resulta de gran ayuda para aliviar las dolencias producidas por su congestión; que es un problema bastante común, debido a la ubicación de las mismas y el contacto con alimentos. Por suerte, existen estos métodos mencionados para mejorar su función y extraer los cálculos; aunque si se presenta este problema con frecuencia y se torna complicado, es ideal acudir a atención médica con un Otorrinolaringólogo.