El sistema respiratorio, se encuentra susceptible que contraer una gran cantidad de enfermedades peligrosas; las cuales, pueden afectar su funcionamiento en diferentes niveles, causando malestar o incluso requiriendo atención médica. En este caso, entre las más comunes tenemos a la gripe y el resfriado, que muchas veces se confunden; por ello, vamos a hablar de cada una y aprender cómo diferenciar gripe de resfriado.

¿Qué es la gripe?

La gripe es una enfermedad viral muy común causada por el virus Influenza A e Influenza B, los cuales, producen Gripe A y Gripe B respectivamente. Básicamente, se trata de una enfermedad de tipo respiratorio que en la mayoría de los casos es leve o moderada; caracterizándose por causar profundo malestar y diversas manifestaciones sistémicas. Sin embargo, la gripe puede ser potencialmente peligrosa en ciertas etapas de la vida.

Es así, como los niños pequeños (menores de 5 años), mujeres embarazadas, enfermos crónicos y los ancianos, tienen mayor peligro a desarrollar fuertes cuadros gripales que amenacen su vida; en el primer caso, los niños no tienen desarrollado completamente el sistema inmune en sus primeros años.

Así como también, la maduración pulmonar no es completa, por lo que son más susceptibles. En cambio, las personas mayores de 65 años, embarazadas y enfermos crónicos, tienen un sistema inmune debilitado; sin mencionar el desgaste propio de la edad en el primer caso que hace más compleja la enfermedad.

¿Cuáles son los síntomas de gripe?

Los síntomas de la gripe son iguales independientemente de que se trate de Gripe A o Gripe B, solo se diferencian en severidad. De modo que, la Gripe B que es menos común, tiene la particularidad de desarrollar síntomas más fuertes; es decir, que las personas que la padecen tienen gran malestar, superior al de la Gripe A. En cualquier caso, los síntomas que pueden presentarse son los siguientes:

  • Fiebre
  • Escalofríos
  • Tos productiva
  • Dolor de garganta
  • Congestión nasal con goteo nasal
  • Dolor de cabeza
  • Mialgias o dolores musculares en todo el cuerpo
  • Cansancio

Por otra parte, también puede asociarse a los cuadros gripales la presencia de diarrea y vómitos, siendo esto más común en niños. Es allí, cuando la gripe aumenta su peligrosidad, pues supone un riesgo de deshidratación en ellos; recordando, que los niños tienen una mayor cantidad de agua en su cuerpo y no tienen la capacidad suficiente para auto regularse. Por ende, se deben mantener muy bien hidratados en estos casos.

¿Gripe o Resfriado?

El resfriado común, es una de las enfermedades, como indica su nombre, más comunes que puede padecer una persona. De hecho, se estima que, a lo largo de un año, pueden sufrir de resfriado al menos una dos veces. Esencialmente, el resfriado común es producido por una gran cantidad de virus, a diferencia de la gripe. Además, los síntomas que genera esta enfermedad son inofensivos en comparación con la Gripe A o Gripe B.

El resfriado común, se asocia con los cambios de clima, por lo que durante el invierno y la época de lluvia se producen brotes. En cuanto a su transmisión, es a través de micro gotas respiratorias que son expedidas con los estornudos. En los niños, el resfriado es sumamente común, generalmente, suelen contagiarlo a sus padres en el hogar. Los síntomas del resfriado común son los siguientes:

  • Estornudos constantes
  • Secreción nasal
  • Tos
  • Carraspera o ronquera
  • Congestión nasal
  • Fiebre baja
  • Dolor de cabeza
  • Falta de apetito

La principal diferencia entre el resfriado común y la gripe, radica en la severidad de los síntomas, siendo el resfriado más leve. Además, la fiebre en la gripe es mucho más elevada que en el resfriado y la tos no esta presente en todos los casos. Por otra parte, la gripe puede complicarse desencadenando otras patologías más graves, algo infrecuente en el resfriado. A pesar de ello, diferenciar con claridad la gripe del resfriado no es una tarea sencilla. Se diferencian mediante hisopados y pruebas inmunológicas.

Tratamiento de la gripe

De manera general, la gripe puede remitir por si misma al igual que la mayoría de las enfermedades virales. De hecho, suele tener un ciclo de vida corto, por lo que la enfermedad en personas de bajo riesgo se supera pronto. En cambio, los grupos de alto riesgo, como ya mencionamos, requieren de atención médica; es posible que sea necesario aplicar medicamentos antivirales para reducir los síntomas y eliminar el virus.

Como medidas generales, el tratamiento para la gripe y el resfriado común puede llevarse a cabo en casa. Mediante el reposo en cama, alimentos y bebidas calientes e indicar medicamentos que puedan tratar los síntomas:

  • Antipiréticos para la fiebre (paracetamol)
  • Analgésico para el dolor muscular (ibuprofeno)
  • Antialérgicos para la secreción nasal (loratadina)
  • Analgésico local para el dolor de garganta (masticables)

Por otro lado, la gripe puede complicarse con bronquitis, neumonía, sinusitis, infección de oído, endocarditis, encefalitis y rabdomiólisis. Por ello, es una enfermedad mucho más riesgosa, que ante cualquier sospecha de complicación; requiere de atención médica oportuna para mitigar los síntomas que se presentan. Si un cuadro gripal supera los 7 días, es probable que exista alguna complicación a nivel pulmonar; por ende, se debe acudir a examen médico para descargar neumonía.  

Remedios caseros para la gripe

Al ser la gripe una enfermedad prácticamente doméstica, debido a que suele atacar con mayor frecuencia a adultos. Es lógico que con el paso del tiempo se implementaran una gran cantidad de remedios caseros; los cuales, pueden ser realmente efectivos, siempre y cuando se apliquen de forma responsable y en las personas adecuadas.

Bebidas calientes

Es un hecho que las bebidas o alimentos calientes tienen cierta efectividad para reducir los síntomas de la gripe. Por supuesto, hablamos de té e infusiones que no representan ningún riesgo para la salud, así como una sopa caliente. En cambio, se debe evitar a toda costa los preparados con hojas naturales; como lo es la ruda, orégano, diente de león, entre otras hierbas. Esto especialmente en niños y ancianos, pues son plantas con toxinas que pueden ocasionar intoxicación e incluso la muerte.

Humedecer el aire

Los humidificadores de aire, son uno de los inventos más maravillosos del hombre, que pueden ayudar a aliviar síntomas de gripe. Debido a que, el aire con partículas de agua, ayuda a calmar la irritación nasal y de garganta propia de estos casos. Por suerte, son indumentarias electrónicas de bajo costo que pueden usarse sin problema.

Abundante agua

Tanto en la gripe como el resfriado común, se pierde una gran cantidad de líquido de forma insensible que debe reponerse. Por ello, tomar mucha agua ayuda a superar mucho más rápido la enfermedad; sin mencionar, que moviliza el moco producido por los virus y mejora la expectoración, sacando el virus rápidamente. De igual modo, la hidratación es vital cuando se presentan vómitos y diarrea.

Lavados nasales

Los lavados nasales con solución salina, están completamente indicados para el tratamiento de la gripe y el resfriado, tanto en niños como adultos. La sal, aumenta la secreción de líquido en las fosas nasales, por lo que descongestiona casi al instante. Para hacerlo, solo es necesario solución salina o agua con una cucharadita de sal casera; llenar una jeringa y irrigar una fosa nasal mientras la otra esta tapada con un dedo (el moco saldrá por la garganta o la propia fosa). Repetir el proceso en cada una y cuanto sea necesario para aliviar.

Descanso

Aunque puede parecer tonto, el reposo físico en los cuadros gripales es sin duda una de las mejores armas para combatirlo. Muchas personas, lo toman a la ligera y continúan con sus actividades diarias, contagiando a muchos otros. Es por ello, que se debe guardar el debido reposo, para que el organismo emplee toda su energía en combatir el virus.

En conclusión, saber cómo diferenciar gripe de resfriado puede ser bastante importante para los grupos de riesgo; ya que, como hemos hablado, la Gripe A o Gripe B puede ser mucho más perjudicial para niños menores de 5 años, embarazadas, ancianos y enfermos crónicos. Por suerte, se puede hacer una diferenciación a través del interrogatorio; como los cambios bruscos de temperatura, cuantía de la fiebre, entre otros. Sin embargo, la única forma de diferenciarlos con certeza es a través de pruebas inmunológicas.