La felicidad, que término tan difícil. ¿Cómo puede una palabra tan cortita significar tanto? Y con cuanta ligereza la usamos: feliz cumpleaños, feliz año, felicidades en esta nueva etapa de vida. ¿Qué estamos deseando a los demás en realidad? Creo que la felicidad tiene cientos de definiciones, pero yo me quedo con esta de mi autoría (o probablemente no): La felicidad es la ausencia total de miedos y les voy a explicar cómo llegué a esta conclusión.

como conseguir la felicidad

¿De dónde proviene la felicidad?

Nací en un país de Latinoamérica y por regla general vivimos en una especie de crisis constante, los problemas sociales y económicos forman parte de nuestra cotidianidad y aprendemos a vivir de esa manera. Cuando me mudé a España, me impresionaba genuinamente lo bien que funcionaba todo, pero me llamaba mucho más la atención como la gente se quejaba sin descanso. No lo podía creer, siempre pensaba: si pudieran ver como funciona esto en mi país de origen seguro que no opinaran igual, pero la verdad es que eso no lo se y tampoco es el objetivo de ese escrito.

Recuerdo que antes de la crisis tan fuerte por la que lleva muchos años pasando Venezuela, la gente era muy amigable, no recuerdo nunca escuchar a nadie quejarse y no hablo de personas que lo tenían todo, hablo de la cajera del super o del señor que te atendía en el banco. Todos éramos alegres y solidarios y la verdad es que nuestra calidad de vida nunca fue envidiable, el sistema de salud siempre ha funcionado mal y la inseguridad reina en las calles desde mucho antes del chavismo. Entonces, ¿cómo era posible que, con peores condiciones de vida, los venezolanos parecían ser mucho mas felices que los españoles? ¿había algo en el agua o en la composición del sol que hacía más alegres a unos que a otros?.

Al analizar esto y discutirlo en cientos de reuniones sociales, comencé a formarme la idea de que la felicidad estaba asociada a la cantidad de preocupaciones que podía tener una persona. En Venezuela, la gente no tiene muchas responsabilidades, el 90% de la población es realmente pobre, no tienen hipotecas, ni cuotas, ni seguros que pagar, que maravilla, ¡así cualquiera es feliz!, pensaba.

Bajo mi nueva creencia era lógico pensar entonces, que la felicidad estaba asociada a la pobreza, mientras menos tienes, menos te preocupas y mas feliz eres. Esto me quitaba un peso de encima, la felicidad no era mi responsabilidad, al fin y al cabo, si para ser feliz tenía que renunciar a mi nivel de vida, entonces prefería ser un poco menos feliz, porque pobre seguro no quería ser…

Y ¿que pasaba con la gente que tenia mucho dinero y era muy feliz? o con los pobres que vivían en depresión. Algo no iba bien con mi nueva creencia, pero tardé muchísimos años en entenderlo.

¿De que depende entonces la felicidad?

Cuando empecé a trabajar mi crecimiento personal y el poder de la energía y la mente me di cuenta donde fallaba mi teoría. Efectivamente es más feliz el que menos se preocupa, pero no se preocupa menos el que menos tiene, sino el que decide no preocuparse sin importar lo que tenga. En otras palabras, no importa si eres rico o pobre, si eres sano o enfermo, si tienes o no pareja, mientras eso no te cause una preocupación, no te restará felicidad.

¿Esto quiere decir que la felicidad depende de mí? ¿Que si comienzo a programar mi mente para restarle importancia a las cosas y entiendo que la vida es muy sencilla seré feliz? Si, la respuesta es un firme y contundente SI.

Tienes que leer esto -> Como dejar de preocuparse

¿Cómo consigo la felicidad?

La gente más feliz es la que logra desprenderse de los miedos y entiende que en esta vida ya tiene todo para estar bien. Si adquirimos esa filosofía de vida, podemos estar agradecidos por el 99% de las cosas que nos ocurren porque son pequeños milagros. Si estás leyendo esto ahora mismo es porque tienes el milagro de poder ver y si al mismo tiempo escuchas esa canción que tanto te gusta es por el increíble milagro de poder escuchar. Mira a tu alrededor, ¿Podrías ser feliz sin muchas de las cosas que posees?, la respuesta es sí, siempre que así lo creas.

Es un gran alivio saber que la felicidad depende de uno mismo, pero también es una gran responsabilidad. Con esto no quiero que te agobies y piensen que entonces has sido un incapaz en alcanzarlo porque la realidad es que, aunque parezca sencillo, es una tarea difícil y que requiere de mucha práctica.

Piensa que llevas toda tu vida repitiéndote una y otra vez las mismas ideas provenientes de la inseguridad y has creado una sólida pared de creencias irracionales difícil de derribar, pero ¿qué pasaría si sustituyes esas ideas por ideas positivas? Creo que podría ocurrir un milagro, dejarías de ver la vida como una carga y la comenzarías a ver como un verdadero milagro del universo.

No te rindas, busca en lo mas profundo de tu ser cuales son esos pensamientos atemorizantes que no permiten que vivas una vida sin miedos y lucha como una fiera por cambiarlos. En el camino te iras haciendo más y más fuerte. Recuerda siempre que no hay que tenerle miedo a nada porque nada es tan grave como para quitarnos la felicidad, debate contigo mismo cuantas veces sea necesario hasta que siembres nuevos pensamientos en tu mente y vaya apareciendo poco a poco la tan anhelada felicidad.

Por último, desde mi experiencia personal, es muy importante que sepas que en el camino a la felicidad vas a encontrar cientos de obstáculos y vas a dar muchos saltos atrás. De hecho, hay veces que vas a retroceder tanto que te enfrentarás a nuevos miedos. Es parte del proceso, tomate el tiempo que te haga falta, pero siempre vuelve a intentarlo, nunca se sabe que es lo que hará clic en nosotros, cual será esa fuerza a la que nos podremos aferrar hasta lograr liberarnos de nuestras limitaciones. Siempre sigue buscando y créeme LA FELICIDAD va a llegar.