El alcohol es una de las sustancias psicoactivas con mayor distribución en todo el mundo y cuyo consumo es legal; teniendo como única “restricción” la prohibición del consumo del mismo por parte de menores de edad. Además, en algunos casos puede ser bastante barato, por lo que sufrir de dependencia es común. Sin embargo, muchas de las personas que consumen alcohol no saben cómo afecta el alcohol al cerebro; por ello, vamos a discutirlo en esta entrada.
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El cerebro, órgano procesador humano
Como es conocido, el cerebro es uno de los órganos principales del cuerpo humano que se encarga de dar la identidad a las personas; ya que, en el se alojan las estructuras responsables de la personalidad, memoria, conocimientos, visión, equilibrio y más. Verdaderamente, es el cerebro quien controla prácticamente todas las funciones del organismo; siendo el órgano más independiente a sus directrices el corazón, aunque también se afecta.
Debido a esto, cada una de las sustancias psicoactivas que consumimos tiene un efecto directo sobre su funcionamiento; algunas de ellas mucho más leve, en cambio otras pueden incluso causar la muerte si no se tiene cuidado. Lamentablemente, entre las sustancias más peligrosas para el cerebro y el cuerpo en general se encuentra el alcohol; específicamente el etanol, que se encuentra presente en todas las bebidas.
El metabolismo del alcohol etílico no es igual en todas las personas, hay quienes tienen más resistencia o son más susceptibles. En esto entra en juego variables como la altura, peso, sexo, edad, raza o etnia, nutrición y genética. Es por ello, que algunas personas se embriagan con 2 copas, mientras que otras con 2 botellas. Sin embargo, los efectos a largo plazo y en consumo excesivo son los mismos. A continuación, hablaremos de ellos:
El cuerpo en estado de embriaguez
Cuando el consumo de alcohol se sale un poco de control y se consume más de lo que es debido, comienza a afectar al cerebro. En primer lugar, la personas en estado de embriaguez comienza a presentar conductas no propias de su personalidad; por ejemplo, tendencia a hablar más, pérdida del pudor, valentía y asumir riesgos, inquietud, entre otras. Razón por la cual, el alcohol se ha aceptado socialmente en reuniones con amigos, familia e incluso trabajo.
Aunque esto es solo el comienzo de la afección al cerebro, puesto que, si el consumo se mantiene en esa misma noche; al aumentar más el estado de embriaguez comienzan a aparecer conductas más problemáticas orientadas a la violencia. Es por esto, que el alcohol se ha visto vinculado directamente en homicidios, suicidios, accidentes y más; ya que, los efectos psicoactivos de alcohol liberan serotonina, adrenalina y demás hormonas que contribuyen.
Deterioro cognitivo y de memoria
Otra de las grandes lesiones que presenta el cerebro ante el consumo frecuente de alcohol son las lesiones cognitivas. Las personas que tienen hábito alcohólico pueden presentar una disminución de su intelecto bastante marcada; de hecho, cuando se inicia esta conducta durante la adolescencia, esto afecta directamente el desarrollo del cerebro. Quiere decir, que se pierde coeficiente intelectual por el daño neuronal que ocurre al llenarse estas células de alcohol.
De este modo, estas personas en menor o mayor grado presentan alteraciones del habla (algo común en cualquier persona embriagada). Así como también, pueden comenzar a percibir objetos y personas donde no las hay y desarrollar paranoias. De hecho, el alcohol esta fuertemente relacionado con la aparición o despertar de trastornos psiquiátricos; como la bipolaridad, psicosis, psicopatía, entre otros.
Limitación del movimiento
Muy próximo al cerebro se encuentra el cerebelo, un órgano con muchas funciones entre las que se encuentra la movilidad; propiamente, este órgano trabaja en conjunto con estructuras del oído medio para mantener el equilibrio. En consecuencia, cuando se instaura el estado de embriaguez estas funciones se ven claramente limitadas; por lo cual, las personas tienen dificultad para moverse coordinadamente e incluso para mantenerse en pie.
En personas con hábito alcohólico de larga data, esto puede traducirse en daños más marcados de este órgano; presentando movimientos involuntarios, temblores, vértigo, mareos, ataxia o descoordinación e incluso despertar enfermedades como el Parkinson.
Alteraciones de la memoria
Uno de los efectos más notorios del alcohol sobre el cerebro es la pérdida de memoria o llamadas lagunas mentales. Que no son más que la pérdida total de los recuerdos de algunos eventos que ocurrieron durante el consumo de esta sustancia. Este fenómeno, puede verse en una persona que consume alcohol con frecuencia o por primera vez; se debe a la alteración de la función del hipocampo, donde se procesa y almacena la memoria.
Gracias a esto, es que muchas personas no recuerdan haber realizado ciertas cosas o incluso no saben donde han despertado. Además, en los alcohólicos de larga data, si comienza a presentarse la perdida de memoria más severa; en la cual, pueden olvidar días o semanas completas e incluso recuerdos anteriores de su vida. Ya que, el cerebro esta en constante ataque y trabajo con el alcohol, se lesiona y deja de lado el procesamiento de información.
Alteraciones del estado de ánimo
Aunque muchas personas relacionan el alcohol con fiesta y pasarla bien, esto no es siempre de esta forma. En muchos casos, el consumo de alcohol descontrolado comienza luego de experiencias traumáticas o tristes; como es el duelo por pérdida de un ser querido, sentimiento de culpa, desamor, entre otras. En estos casos, el alcohol es capaz de generar una profunda depresión en estas personas de la cual es difícil salir.
Como consecuencia, se presenta una alta tasa de suicidios y otras decisiones equivocadas cuando se consume alcohol; para superarlo, es necesario dejar a atrás el consumo por completo y acudir a ayuda psiquiátrica. Además, que todas las alteraciones nombradas hasta ahora también afectan la moral del individuo; lo cual se traduce en pérdida de autoestima, descalificación personal y una mayor depresión.
Pérdida de conciencia
Una de las alteraciones más llamativas y que incluso representa una urgencia médica es la perdida de conciencia. Esto se debe a que literalmente el cerebro se apaga para protegerse de la deshidratación y falta de glucosa presente; puesto que, el agua y los carbohidratos son esenciales para el metabolismo del alcohol en el hígado. Además, las altas concentraciones de etanol enlentecen las funciones cerebrales como hemos nombrados; se piensa que debido al ataque neuronal y posible inflamación.
El coma etílico se presenta de acuerdo a variables como el peso de la persona, altura, edad y la cantidad de alcohol consumido; aunque no se tiene una certeza de cuanto debe consumirse para alcanzar este estado. La cifra con mayor peso es de 5 gramos por litro de sangre, lo cual supone una concentración bastante elevada. A su vez, el grado de destilación del alcohol consumido tiene relación directa con este cuadro; que suele tratarse con hidratación, vitamina B1, B6 y aportes de glucosa.
Delirium Tremens
Esta patología es la máxima expresión de cómo afecta el alcohol al cerebro, aunque paradójicamente se da cuando no esta presente. Es decir, se expresa cuando un alcohólico de larga data (O alguien que ha consumido demasiado alcohol durante días) deja de consumir alcohol súbitamente; como consecuencia de la abstinencia alcohólica que al igual que cualquier droga genera dependencia.
Sin duda alguna, esta es la más impactante de las consecuencias del consumo de alcohol, debido a sus síntomas tan particulares como lo son:
- Confusión, paranoia o Delirio
- Temblor esencial en todo el cuerpo
- Sueño profundo durante días
- Cambios en la esfera mental
- Persona irascible y agitada
- Miedo o excitación marcada
- Alucinaciones
- Gran fuerza o mucha energía
- Cambios del estado de ánimo
- Hipersensibilidad a la luz, sonidos o tacto
- Estupor, somnolencia, fatiga
De hecho, es tan complicado tratar a este tipo de pacientes que el mejor tratamiento para evitar que se hagan daño; es administrarle alcohol de cualquier tipo por vía oral de forma controlada, solo así se puede detener el cuadro paulatinamente. Para luego, retirar el hábito alcohólico si la persona así lo desea paso a paso y con el debido apoyo.
¿Qué otros órganos están afectados?
El consumo de alcohol figura como factor de riesgo de una enorme cantidad de enfermedades de todo tipo; ya que, esta sustancia es capaz de causar desequilibrios mentales, enzimáticos y de carácter endocrino. Entre los órganos más afectados se encuentra el hígado, que es el encargado de metabolizar el alcohol. A largo plazo, el parénquima hepático supera su capacidad y comienza a crear tejido fibrótico y perder la función; lo que se conocer como cirrosis hepática.
A su vez, la cirrosis hepática representa una alteración total del organismo que afecta también al cerebro; siendo una de sus complicaciones la encefalopatía hepática, un estado de pérdida de conciencia en diferentes niveles. Que puede comenzar desde la confusión, luego el letargo, posteriormente el coma y la muerte. También, se afectan órganos como los riñones y el estómago, presentando insuficiente renal y gastritis respectivamente.
Además, pueden aparecer enfermedades metabólicas como la diabetes, por el alto consumo de alcohol; así como también, desnutrición severa, debido a que los alcohólicos dejan de alimentarse correctamente. Principalmente, porque el alcohol genera saciedad y consideran que no necesitan comer; lo cual por supuesto, agrava enormemente todas las complicaciones anteriores.
En conclusión, ahora que conoces cómo afecta el alcohol al cerebro seguro que consumirás mucho menos; es cierto que el consumo habitual y moderado no representa peligro, pero si hay que tener en cuenta que cualquier cantidad causa efectos. De modo que, algunos alcoholes como el vino, whiskey y la sidra, tienen menor efecto nocivo; siempre y cuando se consuman con responsabilidad y dejando descansar tanto al cerebro como al hígado para reponerse.