Según la ciencia, la gastritis es la inflamación del revestimiento del estómago. La misma puede ocurrir de forma súbita o con el paso del tiempo. Este tipo de inflamación, produce debilidad en la barrera mucosa que protege el estómago haciendo que los jugos digestivos dañen o lesionen las paredes del estómago. Sus causas se pueden dar por: infecciones por H. Pylori, uso frecuente de analgésicos, consumo excesivo del alcohol, picante, estrés, edad avanzada y otras enfermedades autoinmunes.

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Pero, ya me conocen. Según mis creencias, la gastritis tiene una raíz emocional, así que vamos a descodificarla para ver de qué se trata y cómo podemos curarla nosotros mismos.

Raíz Emocional de la Gastritis

Según la biodescodificación, la gastritis tiene que ver con irritación o ira hacia algo o alguien que no digiero. Hay situaciones en mi territorio que no soporto o no son como yo quisiera, también puede ser que hay personas que no actúan como yo quisiera. Básicamente, la gastritis significa que estoy muy molesta o tengo mucha rabia por algo que absorbió mi sistema digestivo y esa realidad me molesta tanto que no puedo digerirla.

La función del estómago es digerir, fundamentalmente eso, digerir y ya. Entonces lo que debo analizar es qué emoción o situación no puedo digerir. Existe la creencia de que hay ciertos alimentos que me pueden provocar la gastritis, o que el responsable es el estrés o que es el descuido en el horario para comer y así pasamos la vida buscando las causas externas que generan gastritis, cuando la respuesta está en buscar adentro. Resulta que cuando tenemos un episodio de gastritis, es por un conflicto emocional que se viene desarrollando desde hace días atrás y finalmente explota. Veamos un ejemplo personal.

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Mi Experiencia Personal: Padeciendo de Gastritis

Cuando tenía como 24 años, fui al médico porque tenía problemas para digerir las comidas, todo cuanto comía me caía pesado, me hicieron los exámenes de rutina y me diagnosticaron gastritis aguda. En ese momento, la traté como de costumbre con los medicamentos que me recetó el doctor y ya. Resulta que a pesar de que notaba mejorías por épocas, también había otras en épocas en donde la gastritis volvía, unas veces más suave y otras peores. Solo hasta hace cuatro años fue que me inicié en el camino de la autoestima, crecimiento personal y auto-sanación, que me dediqué a buscar la raíz emocional de mis episodios de gastritis. Te cuento lo que conseguí…

Crecí en un ambiente familiar “normal” con sus virtudes y fallas como cualquier otro; sin embargo, siempre tuve muchos conflictos con mi hermana menor, ella se destacaba por ser rebelde o como yo le digo la oveja negra de la familia. Tuve muchos problemas porque sentía que ella no tenía el más mínimo respeto hacia mis cosas o hacia “mi territorio personal”. Mi hermana era de las personas que no solo tomaba mi ropa sino que la dañaba, tomaba mis artículos de uso personal, los gastaba y jamás reponía, tomaba artículos electrodomésticos como un celular de repuesto y lo vendió sin mi autorización. A diario me tenía que enfrentar a situaciones como estas que no lograba “digerir” que me causaban mucha “rabia” e indignación, sobre todo porque aunque le expresara a mis padres lo que estaba ocurriendo, ellos de alguna forma se hacían la vista gorda y no ponían una advertencia o al menos un llamado de atención para que mi hermana respetara mis cosas. Llegó un momento en el que me convertí en el ogro de la familia, tenía que pasarme la vida reclamándole a mi hermana por todos sus abusos hacia mí hasta que un buen día la saqué del cuarto en el que dormíamos juntas y lo cerré con llave. Hoy en día comprendo que esta es la raíz emocional de mi gastritis. En aquel entonces, yo no lograba “digerir” cómo es que alguien era así de abusiva y peor aún, es que me sentía completamente sola en la batalla, ya que no había nadie con la autoridad suficiente que le pusiera fin a la situación, cosa que me llenaba de ira e indignación.

Fue solo hasta que me hice consciente de esta herida emocional, que comenzó mi trabajo personal de sanarla. El pasado es lo que es así debe permanecer, hoy comprendo que mis padres hicieron o no lo que pudieron con el conocimiento y herramientas que tenían en aquel entonces. Mi hermana es lo como es y ya, no puedo pretender cambiarla a como yo deseo que sea. Solo me quedó traer al presente la herida para sanarla, comprender lo ocurrido desde el “corazón” y perdonarlo.

Hoy en día la relación con mi hermana está muy bien, estamos en constante comunicación y nos apoyamos mutuamente al igual que con mis padres. Siento que cuando un miembro de la familia comienza a sanar en diferentes áreas de su vida, como por arte de magia, todo lo demás sana también, incluso la gastritis.

El proceso de sanación emocional debe ser constante; sin embargo, también hay remedios caseros que te pueden ayudar a mejorar los síntomas de la gastritis, veamos algunas recetas.

Remedios Naturales para Sanar la Gastritis

La naturaleza es tan maravillosa y sabia, que siempre recurro a ella para todo, incluso sentarme en el parque a ver los árboles es tan reparador como tomar un té. Sé que la gastritis puede ser dolorosa y desesperante para los que la padecen, así que hoy te traigo mis recetas favoritas, las utilicé durante mucho tiempo y son súper efectivas.

Perejil.

El perejil tiene muchísimos beneficios que van desde: fortalecer el sistema inmune, prevenir la gripe, prevenir la anemia, combate la retención de líquidos y formación de piedras en los riñones, mejora la digestión, previene enfermedades cardíacas, combate las infecciones urinarias y actúa como un protector gástrico.

Lo puedes consumir como aderezo en tus alimentos, en jugos verdes e incluso en infusión. Puedes poner al fuego dos litros de agua, luego le agregas un manojo de perejil en ramas ya lavado y dejar hervir por 3 minutos. Retira del fuego y deja reposar. Puedes tomar esta infusión durante todo el día como tu agua de consumo regular.

Cúrcuma.

La cúrcuma es una raíz medicinal y especia muy utilizada en la India, dentro de sus beneficios están: mejora la digestión, desintoxica el hígado, regula la flora intestinal, combate resfriados y gripes, evita las crisis de asma y alivia problemas de la piel.

La puedes utilizar para aderezar tus comidas, y en té. Aunque la cúrcuma molida se puede utilizar para hacer té, yo recomiendo utilizar la raíz. Simplemente deberás lavarla bien, rallar y agregarla a una taza de agua hirviendo, puede rallar un poco de jengibre también para mejorar el sabor. Deja reposar y luego puedes disfrutar de este maravilloso té antes o luego de las comidas.

Limón.

Muchos piensan que si tienes gastritis debes evitar los cítricos, sin embargo, es una creencia errónea. Al ingerir limón, se le envía una señal al estómago para que no siga produciendo ácidos porque ya hay suficiente.

Mi manera favorita de consumir el limón para tratar la gastritis es en ayunas, coloca media taza de agua a calentar, cuando ya esté tibia agrega el jugo de un limón y listo, puedes consumirla y empezar tu día con un estómago calmado.

Miel.

Son muchos sus beneficios además de poseer propiedades antimicrobianas y regeneradoras de las paredes intestinales. Consume dos cucharadas disueltas en media taza de agua tibia, disfruta de su dulce sabor y su acción curativa.

Ajo.

Yo amo el ajo, utilízalo en tus comidas y en buenas cantidades. Si lo toleras crudo, lo puedes triturar y consumir también.

Manos a la obra, te voy a dejar la tarea de escudriñar en tu historia familiar aquellas situaciones que te generaban mucha rabia, que no podías digerir o tolerar y que afectaron tu “territorio” personal, tráelas al presente para analizarlas con comprensión, amor y sobre todo para perdonarlas, una vez hecho el trabajo emocional, deberás cuidar tu alimentación evitando productos altamente procesados, lácteos, dulces, picantes y alcohol y apoya tu tripita con las infusiones que te recomendé, verás cómo pronto empiezas a mejorar, ¡qué te lo digo yo!