Los pulmones, son sin lugar a duda uno de los órganos más importantes del cuerpo humano, pues permiten la respiración. Desafortunadamente, debido a su función se ven expuestos a una gran cantidad de microorganismos patógenos; los cuales, se encuentran suspendidos en el aire a ingresan con facilidad en su interior. En consecuencia, se producen enfermedades varias, siendo una de ellas la pulmonía o neumonía; por ello, hablaremos sobre cómo saber si tengo pulmonía.

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¿Qué es la pulmonía?

La pulmonía o neumonía, es una enfermedad infecciosa que ataca a uno o ambos pulmones a la vez; la cual, es capaz de desencadenar una buena cantidad de síntomas sistémicos, que pueden ser leves, moderados o graves. En concreto, se trata de una enfermedad relativamente común, que muchas personas sufren anualmente; sobre todo, cuando existen cambios bruscos de clima, que hacen a los pulmones más susceptibles.

De este modo, la pulmonía puede convertirse fácilmente en una enfermedad complicada que pone en peligro la vida; aunque esta evolución depende directamente de su detección temprana, el agente que la causa y el sistema inmune del afectado. En cualquier caso, conocer los signos y síntomas de pulmonía hace una gran diferencia; puesto que, la sospecha y búsqueda de atención médica a tiempo, hace una gran diferencia para superar esta enfermedad.

Básicamente, cuando existe una neumonía, ocurre inflamación en los alveolos pulmonares y a su vez en el árbol bronquial; lo cual, produce acumulación de líquido, moco o pus, según la causa, generalmente las bacterias producen pus.

Dicha inflamación, despierta una respuesta inmunitaria grande que busca combatirla. Así como también, impide el intercambio correcto de aire y dificulta la respiración. Esta enfermedad, es especialmente peligrosa e incluso mortal en los extremos de la vida; es decir, niños menores de 5 años y adultos mayores de 65 años.

¿Cómo saber si tengo pulmonía? Signos y síntomas de pulmonía

Ahora bien, antes de hablar de lleno sobre más información de la enfermedad, conocer los síntomas es fundamental. Como citamos antes, no todos los síntomas aparecen en los afectados, depende de la severidad; sin embardo, se describen todos los síntomas y signos que pueden desencadenarse en una persona afectada. Los cuales, son de gran utilidad para sospechar la infección y recurrir al diagnostico médico.

  • Dolor de pecho al toser o respirar
  • Desorientación o alteraciones mentales (mayores de 65 años o más)
  • Tos productiva de flema, verde, amarilla o clara
  • Cansancio o fatiga
  • Fiebre de 39 °C o más
  • Escalofríos
  • Sudoración excesiva
  • Puede existir hipotermia (temperatura menor a 37 °C) en mayores de 65 años o inmunodeprimidos
  • Ruidos respiratorios o al toser crepitantes (como movilizando moco abundante)
  • Náuseas, vómitos o diarrea
  • Disnea o dificultad respiratoria
  • En casos graves, cianosis o coloración azulada de labios, dedos, mucosas

Cabe destacar, que, en niños menores de 2 años, es especialmente difícil notar alguno de estos síntomas, salvo la fiebre. Por ello, en ellos se puede observar la inquietud, llanto fuerte que no cesa, ruidos respiratorios que indican moco; falta de sueño, perdida de apetito, diarrea, vómitos, entre otros.

¿Cuáles son las causas de pulmonía?

Al igual que muchas enfermedades infecciosas orgánicas, tiene una amplia cantidad de causas que varían según el microorganismo. Sin embargo, los síntomas de pulmonía suelen ser fundamentalmente los mismos; variando únicamente en la severidad, pues algunos patógenos son mucho más agresivos que otros. Teniendo esto en cuenta, es importante hablar de las causas concretas de esta enfermedad.

Pulmonía bacteriana

Las bacterias, tienen la capacidad de viajar de un hospedador a otro a través de las goticulas respiratorias; es decir, cuando la persona infectada estornuda, tose, entre otras formas de expulsión brusca de aire. De esta forma, la pulmonía de origen bacteriano tiene como principal responsable a la bacteria Streptococcus pneumoniae; aunque no es la única, es la más frecuente.

Pulmonía por virus

La cantidad de virus que pueden producir una pulmonía o neumonía es muy grande, aunque también existen más comunes. Principalmente, los virus de la Gripe A y Gripe B son causantes potenciales de neumonía; así como también, al adenovirus y en casos un poco más remotos los enterovirus. Esto se debe a que son virus de gran circulación en las comunidades, pero como mencionamos, no son los únicos.

De hecho, actualmente la emergencia sanitaria mundial desataca por el SARS-CoV-2, virus responsable de causar COVID-19; se manifiesta fundamentalmente como una neumonía, la cual, pone en riesgo potencial la vida y ha registrado una gran cantidad de muertos a nivel mundial.

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Pulmonía por hongos

Los hongos, son microorganismos oportunistas, es decir, que sea aprovechan de hospedadores susceptibles. Es por ello, que la neumonía por hongos solo se ve cuando el afectado se encuentra inmunosuprimido; bien sea por enfermedades como el VIH-SIDA, uso de esteroides prolongado, cáncer u otras enfermedades autoinmunes. En este caso, suele ser causada por hongos como la Cándida, Aspergillus, siendo el principal el Pneumocystis jiroveci.

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Clasificación de la pulmonía

Además de las causas mencionadas, la pulmonía o neumonía se clasifica a su vez según el lugar donde se adquiere la enfermedad. Lo cual, es especialmente importante, ya que, de esto depende mucho que el cuadro sea severo o no. De esta forma, tenemos una clasificación en grandes rasgos que compartimos a continuación.

Pulmonía o neumonía adquirida en la comunidad

Como indica su nombre, se trata de todas las infecciones que causan neumonía que se adquieren en el entorno. Es decir, lugar de vivienda, lugar de trabajo o cualquier otro sitio que frecuente el afectado. Afortunadamente, este tipo de neumonía es causada por microorganismos comunes y de fácil tratamiento; bien sea bacterias como el Streptococcus pneumoniae o virus de la Gripe A y B, Adenovirus, entre otros.

Pulmonía o neumonía nosocomial

El termino nosocomial, hace referencia a infecciones adquiridas en los centros de salud, es decir, que son causadas por microorganismos poco comunes; que no se encuentran o sobreviven con facilidad en el ambiente comunal. Por ejemplo, bacterias como Klebsiellas, Pseudomonas, Staphylococcus aureus, etc. Particularmente, estas bacterias se asocian con el cuidado médico, uso de respiradores o ventilación mecánica. Además, generan pulmonías mucho más severas que pueden ser mortales.

Pulmonía o neumonía por aspiración

Por último, en la clasificación, tenemos a una pulmonía que es mucho más común de lo que se piensa; sobre todo en niños pequeños y ancianos, los cuales, no tienen buen control de la deglución por muchas causas. De esta forma, se trata de la neumonía que se produce por ingreso de alimentos o líquidos a los pulmones; lo cual, desencadena la infección, reacción inflamatoria o incluso destrucción de estructuras pulmonares.

Tratamiento de la pulmonía o neumonía

El tratamiento de esta enfermedad es fundamentalmente médico, no existe un remedio casero que pueda combatirla. Quiere decir, que seguir los consejos que se encuentran en algunos lugares, puede poner en peligro la vida. Por supuesto, el tratamiento va a depender directamente de la causa que genere la pulmonía. La neumonía o pulmonía, puede ser tratada en casa o requerir hospitalización, según criterio médico y gravedad del paciente.

Bacteriana

De modo que, para las bacterianas, se indica tratamiento con antibióticos (como azitromicina en casos leves) y medidas de sostén (antipiréticos, hidratación, antieméticos, etc). Claro está, que las adquiridas en hospital, por cuidado médico y por aspiración, requieren tratamiento antibiótico fuerte y hospitalización.

Viral

En el caso de la pulmonía por virus, gracias a que los virus se autolimitan, es decir, dejan de producir patología por sí mismo; no suele ser necesario un tratamiento específico, salvo las medidas de sostén y nebulizaciones para despejar la vía aérea. Sin embargo, en pacientes inmunocomprometidos, si puede emplearse antivirales para el tratamiento.

Micótica

Por último, entre las peores neumonías sin lugar a duda se encuentran las micóticas o producidas por hongos; puesto que, los hongos una vez se reproducen y colonizan un lugar, son sumamente difíciles de erradicarlos. A esto, se le suma que el paciente esta inmunocomprometido, por ende, la hospitalización es casi obligatoria; sin mencionar que el tratamiento es amplio, incluye antivirales, antibióticos y antifúngicos en conjunto.

En conclusión, la pulmonía o neumonía es una enfermedad relativamente común, que puede ser leve o muy grave; todo esto, según el agente que la cause, sitio del contagio y condición inmunológica del paciente. Es por ello, que el cómo saber si tengo pulmonía es muy útil, ya que, si no se trata lo antes posible, puede complicarse. Por supuesto, este tema es complejo y extenso, sin embargo, hemos dejado la información más útil para los lectores.